martes, 28 de octubre de 2008

Aitana y sus vasitos apilables

Esta semana Aitana ha redescubierto este gran juguete con el que se entretiene de lo lindo. Son estos vasitos apilables -bueno, unos muy parecidos-.
Los apila, los mete unos dentro de otros, los combina (tiene un par de ellos de diferentes marcas), los lanza, mete colores dentro de ellos, los llena de agua, los vacía, los hunde en la bañera... y se enfada cuando quieres jugar tú con ellos. ¡Ella sola! No quiere que lo intentes apilar tú.

Está claro que lo más sencillo es lo que más les gusta a los niñ@s. Ahora que se acercan las fechas navideñas y ya nos bombardean con anuncios de sofisticados juguetes, os recomiendo (y Aitana también) estos vasos con un sinfín de aplicaciones y con los que investigar y experimentar las leyes de la física. Les encantará a vuestros pequeños científicos.


lunes, 27 de octubre de 2008

¡PATOS!




Cookie Baby Shoes

Mi pequeña crece. Comienza a hablar. Nombrando aquello que le rodea conforma su particular mundo.
Escucha, repite lo que tú dices y más tarde te sorprende diciendo palabras que no sabías que sabía.

Algunas palabras suenan exactamente igual que otras aunque son distintas: sitos (ositos), ita (tetita) (galletita) (pelotita)... uf, creo que tengo que revisar el abuso de diminutivos con ella. También dice hola, adiós, papas (comida), mini (cualquier dibujo animado), no (por supuesto), peti (petit), quita (eso lo dice tal cual), ven, mano (para que le cojas la mano y le acompañes), pata (no he conseguido interpretar todavía esa palabra, aunque la repite mucho), nene/a, abus, yayo/a, chinta (columpio) patos (zapatos)... y cada día se añade alguna palabra nueva a su creciente repertorio.

Está en plena etapa holofrástica, o lo que es lo mismo la estructura sintáctica de una sola palabra que configura una frase y se interpreta según el contexto. "Patos" puede significar: "los zapatos de mamá están ahí", "no llevo zapatos", "ponme los zapatos", "mira que zapatos tan bonitos"...
Lo mejor de todo es comprobar el abanico de matices que puede llegar a expresar con tan sólo 15 meses.

Aprender a hablar es un difícil camino. En este vídeo que he encontrado se resume bastante bien el proceso de adquisición del habla.



Es enternecedor escucharla cada vez que ve mis zapatillas al lado de la cama y con ojos abiertos como platos repite "¡PATOS! ¡PATOS!" Es que mamá es una despistada y se deja los zapatos por todas partes.

domingo, 5 de octubre de 2008

Semana de la lactancia materna

Esta mañana hemos disfrutado de la compañía de un montón de mamás y bebés lactantes en la fiesta que Sina ha organizado en pro de la lactancia materna. Da gusto ver a tantos bebés felices, alimentándose de la mejor de las maneras.
Para celebrarlo y para felicitar a todas esas mamás y bebés os dejo un video que nos resume cuáles son las ventajas de la lactancia. Espero que lo disfruteis.



miércoles, 1 de octubre de 2008

FIESTA DE LA LACTANCIA MATERNA

El próximo dia 5 de octubre en la rosaleda de Viveros es la fiesta de la lactancia materna. Nosotras vamos por segundo año, y espero que por muchos más. Es reconfortante encontrarse con más mamás lactantes. Aitana tiene una edad (14 meses), en la que comienzan a asombrarse porque todavía toma teta.

Os dejo el enlace a la página de Sina con más información.

http://www.asociacionsina.org/wbase.php

Os esperamos allí!

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Vuelta al cole

play-doh (plastilina)



He estado mucho tiempo alejada de este pequeño rincón. Me he tenido que enfrentar a difíciles decisiones que han removido mi mundo y por consiguiente el pequeño mundo de mi hija.


No ha sido fácil. Esta decisión me ha alejado de mi ciudad y ha roto (aunque solo sean 4 días a la semana) nuestra familia. Nunca sabes por qué caminos te va a llevar la vida.

Quiero, -NECESITO- pensar que este sacrificio, esta separación forzosa servirá para traernos tiempos mejores. Y no puedo evitar sentir la culpa como una pesada losa sobre mí cada día, cuando tengo que dejar a Aitana en otras manos, que aún cariñosas, no son las mías. Cuando me mira con ojos interrogantes y rostro serio como diciendo ¿por qué te tienes que marchar?

Empieza un nuevo tramo, un nuevo reto, una experiencia... me pregunto si podré con todo.


domingo, 17 de agosto de 2008

Un añito

¡Ya ha pasado un año desde que nació Aitana! Lo celebramos por todo lo alto: merendola, la familia, los primitos y amiguitos y un montón de globos y regalos.
Lo más importante, que la nena lo pasó genial. Aquí van algunas fotos de la fiestuqui:


mural

Este es el mural que hice especialmente para la fiesta.Hay una foto por cada mes del año. ¡A Aitana le encantó! Y se lo enseñaba a todos los invitados.

tarta

La tarta de cumpleaños. Como también era el cumpleaños del papi hubo otra pequeña con la foto de los dos en la que ponía "felicidades, papá". Lástima que con el calor se deshizo la foto en el transporte.

aitanaabriendoregalos

Abriendo regalitos.

Cuando tú y yo fuimos una (3ª parte)

39semanas3

Tercer Trimestre

Recuerdo estos días de julio, hace ya un año. Días de espera y desespero, de calor, cansancio, ilusión, rotundidad.

Los tres últimos meses de embarazo son los que más recuerdo, los que más añoro y los que más disfruté de ti, pese a todas las incomodidades derivadas de un vientre enorme, unos pies hinchados y un calor sofocante. Todo eso se olvida, y cuando miro hacia atrás prevalece la felicidad de notarte dentro de mí durante todo el día: al despertar por la mañana, al caminar, al dormir la siesta… Una sensación única cuya pérdida lloré después, pese a tenerte entre mis brazos. Tu papá no lo entendía, pero yo lloraba porque nunca más te notaría de esa manera, ¡qué locura! ¿no crees?

A los 7 meses y medio de embarazo dejé de trabajar y decidí esperarte tranquilamente mientras preparaba el “nido”. Ahora me doy cuenta de ya tenía todo lo que tú necesitabas: nuestro amor y la calidez de mis brazos, la tibieza de mi pecho y un hueco en nuestra cama. Ojalá lo hubiese sabido entonces.

Sin embargo esa actividad de pintar tu habitación que ahora es un lugar de juegos estupendo, lavar y planchar tu ropita, organizar la bolsa para llevar al hospital y demás preparativos me preparaban psicológicamente para tu llegada, cosa que ansiaba y temía, al mismo tiempo y no sólo por cómo iba a afrontar el parto sino en cómo sería todo con un bebé en nuestras vidas. Tú estabas muy cerca, más que nunca. Esa sensación de inminente cambio me mantenía en un estado perpetuo de irrealidad e hipersensibilidad extrema.

Ahora, sin embargo, todo quedó atrás. Tan sólo quedan recuerdos, retazos de momentos que nunca volverán: los paseos al atardecer del brazo de papá y deteniéndonos cada cinco minutos porque te revolvías, inquieta, ansiosa por salir a ver mundo. Las últimas noches de ser solo dos, llenas de mimos, abrazos y sueños. El calor sofocante de un mes de julio que me pareció eterno. Despertarme unas cinco o seis veces por noche, esperando notar alguna señal que me dijese que ya estabas llegando…

Todo eso quedó atrás. Ya son sólo recuerdos. Tú y yo jamás volveremos a estar tan unidas como entonces, tú y yo no volveremos a ser una, pero ahora que ya estás aquí, que comienzas a dar tus primeros pasos, a llamarme “mamá”, a descubrir la vida… no puedo creer que pudiera ser feliz antes de ti, porque como dice una bella canción “antes de ti yo no era yo”.

Antes de ti, Aitana, yo no era yo. Tú le has dado un significado en mayúsculas a mi vida. Y, aunque nunca estaremos tan juntas como antes de que tú nacieses, siempre estaré a tu lado en el largo aprendizaje que es vivir, ayudándote a aprender y aprendiendo de ti, siempre.

lunes, 7 de julio de 2008

Vos sabés

Se acerca el cumpleaños de mi hija. Descubrí esta canción casi al mismo tiempo que di a luz, y me encantó. Me trae tantos recuerdos... ¡Y a Aitana le encanta! ¡Baila y todo! Je, je, je...

Hoy quiero compartirla con vosotr@s.


martes, 1 de julio de 2008

Más oposiciones, cumpleaños y otras divagaciones

rainbow candles


Al fin ha llegado la noche, al fin he acabado las oposiciones, al fin todos podremos descansar. Especialmente Aitana. Estos últimos días en los que, por necesidad, nos hemos tenido que separar para poder preparar los exámenes han sido terribles. Terribles, porque yo estaba de los nervios, ella, contagiada por mi, y desesperada por no entender tanto ajetreo, lo manifestaba en forma de rabietas, más despertares si cabe y nerviosismo general.
Esta tarde, cuando ya todo había acabado, hemos dormido la siesta juntas, como de costumbre. A las dos horas se ha despertado apaciblemente y ha permanecido un ratito a mi lado, sin decir nada, acariciándome la cara con sus pequeñas manitas. Esto ha sido revelador. Después de varios días en los que despertaba casi llorando, vaya si ha sido revelador.

Esto me hace pensar si valdrá la pena el esfuerzo de estos días. Me angustia pensar en que Aitana pueda haber "sufrido" un poco por nada. Ya son 5 años de presentarme a los exámenes y siempre es la misma historia: cuando no son los méritos (escasos) es una baja nota en las pruebas o suspendes directamente...
En fin, ya no sirve de nada "comerse la cabeza", lo hecho, hecho está. Dentro de unos 15 días más o menos publican los resultados. Ojalá este año sea el último año de oposiciones.

Hoy, además, ha sido mi cumpleaños. 29 años ya, uno menos para llegar a la treintena. El primer año que cumplo como "mamá". Creo que me voy a regalar un feliz sueño junto a las dos personas que más quiero.

Gracias por aguantar estos pensamientos confusos. Hoy ha sido un día duro.
Feliz cumpleaños.

sábado, 21 de junio de 2008

Oposiciones y pasitos

All my pens

Ultimamente no he tenido mucho tiempo para actualizar el blog, ya que el día 25 es el primer examen de oposiciones y he estado ocupada repasando mis apuntes.
Así que entre los exámenes y los primeros pasitos (agarrada a las manos) de Aitana no he podido escribir nada.
En cuanto acabe el examen prometo escribir la tercera y última parte del embarazo de mi hija, que no me he olvidado. Y contaros algo más sobre la aventura de aprender a caminar.

Deseadme suerte!

lunes, 2 de junio de 2008

Fiebre...


El sábado fue la primera noche que salí desde que nació Aitana. Ella se quedó con papá mientras yo me iba de cena. Mi prima se casa, así que no podía faltar a su despedida de soltera. Lo pasé genial, pese a que no paraba de mirar el móvil, por si papá pedía socorro. Al principio fue bien, Aitana se despertó un par de veces pero volvió a dormirse en brazos de su papi. Pero a las 5 de la mañana se despertó y ya no quiso dormir más hasta que yo llegué. No pude evitar sentirme fatal...

El domingo por la tarde, al despertar de la siesta la noté caliente. Tenía fiebre. En 10 meses es la primera vez que ha enfermado, y curiosamente ha sido tras la primera vez que nos hemos separado más de 2 horas. No puedo evitar relacionar estos dos hechos. ¿Casualidad? ¿O causalidad?

Esto me ha hecho pensar en lo rápido que enferman los niños y niñas cuando comienzan a ir a la guardería. ¿Enferman por la proliferación de virus y bacterias en los centros? ¿O se debe a la separación prematura de sus familiares? Tal vez sea un poco de todo. Somatizamos enfermedades que sólo existen en nuestra cabeza. Eso, los adultos, que disponemos de herramientas para reflexionar y meditar sobre nuestros problemas, nuestros miedos y angustias. ¿Qué herramientas posee un bebé para asimilar el dolor y el pánico que siente al no saber si mamá volverá a aparecer cuando le dejan en la guardería? Esa angustia ha de "salir a flote" de alguna manera, en forma de despertares nocturnos, pesadillas o tal vez de enfermedad.

Quizá sea casualidad, pero ¡qué casualidad!, que la primera vez que me separo de mi niña sea la primera vez que tiene fiebre. Me marcho a darle mimitos y mucho amor para que se cure.

jueves, 29 de mayo de 2008

Cuanto tú y yo fuimos una (2ª parte)


2º Trimestre

Aitana 24 semanas



A medida que mi vientre crecía se disipaban los temores y las dudas. Mis días se empapaban de la cotidianeidad de la escuela, rodeada de niños y niñas. Así te desarrollabas tú en mi útero, escuchando sus risas y sus juegos. Pero al llegar a casa te cantaba canciones de cuna mientras me duchaba, y, después me deleitaba observando en el espejo la redondez creciente donde te escondiste durante 42 semanas.

Yo te seguía llamando “bichito”, mientras te acariciaba a través de piel y tejidos. Eras mi dulce interrogante, aunque he de confesar que en sueños intuía que eras la niña que hoy eres, como si tú me hablases a través de la corriente sanguínea, a través de los fluidos.

Recuerdo con gran emoción el día que pronuncié tu nombre con certeza. Fue a las 20 semanas de embarazo. El doctor, de serio semblante y voz un tanto fría, fue nombrando cada sistema de tu pequeño cuerpo. Todo crecía como debía. “Corazón… normal; riñones… normales…” Tus órganos aparecían en la pantalla y aunque yo no entendía nada, miraba ilusionada la oscilante y cambiante imagen, como en cada ecografía: una ventana a tu pequeño mundo. Finalmente el doctor preguntó si sabíamos el sexo del bebé, y si queríamos saberlo. Yo contesté que sí quería saberlo, y él respondió “sexo… femenino”. Una lágrima de emoción rodó por mi mejilla. Ya tenías nombre: ya eras Aitana. La felicidad eras tú.

A partir de ese momento, al ponerte nombre, la espera se hizo más real. Y, paradójicamente, a partir de ahí todo fue mágico. Los primeros movimientos, que comencé a notar unas semanas antes, aunque difusos, se hicieron patentes, como si dijeras: “sí, estoy aquí, estoy creciendo”. Bailabas en mi vientre al son de las canciones y de la música de violín que mamá comenzó a ponerte cada noche, antes de irse a la cama. Yo me dormía mecida por tu vaivén, y no sabes cómo a día de hoy todavía te echo de menos de esa forma.

Participabas de cada faceta de mi vida, integrada en mí, del mismo modo que yo participaba de ti y de tu crecimiento diario. Te agitabas en la escuela, al escuchar las voces agudas de los niños y niñas más pequeños, que comenzaban a preguntar por ti, por mi creciente barriga y por otros misterios de la vida. Sin embargo te quedabas quieta, dormida, cuando escuchabas mi voz y en los plácidos paseos de la tarde.

¡Cómo echo de menos aquellos momentos! Papá, más consciente de tu existencia, acariciando mi barriga, así nos dormíamos los tres. Los primeros regalos, minúsculos vestiditos que quedaron guardados junto a calcetines de “juguete”. Cada cotidiano acontecimiento en nuestra sencilla vida nos hacía soñar cómo sería cuando tú estuvieses a nuestro lado. ¡Cómo echo de menos imaginarte!

El segundo trimestre finalizaba mientras yo tachaba los días en el calendario, cada día era un día menos para verte, para olerte, para tenerte. Y sin embargo, nunca volveremos estar tan unidas como entonces, como aquellos días felices que ahora son sólo recuerdos… pero ni siquiera entonces pude imaginar que sería posible la existencia de un amor tan puro e intenso como el que ahora siento.

Continuará…

lunes, 26 de mayo de 2008

Menos tu vientre


La esperanza I (Gustav Klimt)

Menos tu vientre,

todo es confuso.
Menos tu vientre,
todo es futuro
fugaz, pasado
baldío, turbio.
Menos tu vientre,
todo es oculto.
Menos tu vientre,
todo inseguro,
todo postrero,
polvo sin mundo.
Menos tu vientre,
todo es oscuro.
Menos tu vientre
claro y profundo.

Miguel Hernández

El poema hecho canción en voz de Serrat




miércoles, 14 de mayo de 2008

Cuando tú y yo fuimos una (1ª parte)

bichitoalas12semanas+4días
Aitana, a las 12 semanas de gestación.

(Primer trimestre)

Hoy quiero contarte, mi hija, cómo empezó tu existencia. Cómo, en el principio, tú y yo fuimos una sola, y compartimos el todo en un período de tiempo que se hizo tan eterno como breve, y que fue, sin lugar a dudas, una de las etapas más extraordinarias de mi vida, y, claro está, de la tuya.

Antes de existir siquiera, ya te instalaste en mi mente como una idea vaga de la felicidad. Y, pronto, dejaste de ser una idea a ser un propósito. Pronto, dejaste de ser un pensamiento indefinido y fuiste la esperanza común de tus padres. Sin darnos cuenta, vivías ya en nuestros corazones con la sola idea de tenerte.
No tuvimos que esperar mucho. Enseguida te anunciaste. Antes de tener la certeza ya intuía tu presencia: una incomodidad extraña, un dolor diferente al resto de meses me dio la pista. Sin embargo, papá tuvo que ver plasmado el positivo en el segundo test de embarazo comprado con urgencia porque no podía esperar más a corroborar lo que yo ya sabía: ya estabas con nosotros. En esos momentos no puedes imaginar lo que sentí. Era como asomarse a un abismo: vértigo, miedo, ilusión, felicidad… todos esos sentimientos al mismo tiempo. Tal vez porque intuía que ya nada iba a ser como antes, que semejante noticia abría una brecha en mi historia: antes y después de ti. Con la mano temblorosa sujetaba el test de embarazo a la vez que sonreía, nerviosa. “Esto es un sí, ¿no?” Y así papá se enteró, y nos fundimos en un abrazo que recordaré siempre.

Los días inmediatos a aquel día se desdibujan. Los recuerdos se confunden. Sé que queríamos esperar a darte a conocer, pero simplemente no pudimos o más bien fui yo la que no pude. Quería que todo el mundo lo supiera, quería compartir mi alegría con todos. Muchos de nuestros allegados se sorprendieron, “¿ya, tan pronto?, pero predominaron los abrazos y los besos, y los “enhorabuena” de corazón.
Recuerdo que había momentos en los que yo todavía dudaba de si estabas ahí o no. El estómago del revés me decía que sí. Gracias a eso, gracias a ti, dejé de fumar de inmediato. Te estaré siempre agradecida.

Recuerdo ahora esas primeras semanas de embarazo, cuando una todavía no se siente del todo embarazada, y teme dejar de estarlo. Cuando las hormonas hacen de las suyas y te invade un sueño horroroso cuánto menos te lo esperas. Cuando quieres ver por primera vez a tu bebé y no es más que un puntito negro flotando en un mar de ilusiones (pero es tuyo, es tu puntito)… En esas semanas tuve pérdidas (fue una vez y no se volvió a repetir) y casi sentí morir ante la posibilidad de perderte. Llegó el reposo, y llegó la desesperación, las dudas y el miedo. En ese tiempo trabajaba lejos de casa, unas dos horas y media de coche diarias. La doctora me recomendó reposo. Aunque el riesgo era leve, existía. Lloré durante casi una hora.
Y es que tú, tan diminuta como un alfiler, inundabas cada minuto del día. ¿Cómo podía ser? Menos mal que ahí estaba papá, cuidando de mí como no lo hizo nadie. Aguantándome, en cierta manera, mi mal humor, mis miedos, mis angustias… animándome y amándome, estando siempre a mi lado. Mis padres también estuvieron ahí. Mi madre, ¡cómo no!, ¡cómo la entiendo ahora!, también, dándome su amor en forma de guisos y ayuda incondicional.

Los días y las noches fueron largos, aunque ahora quedan tan lejos... La visita médica justo antes de las vacaciones de Navidad nos hizo respirar tranquilos. Tú seguías adelante, y ya no eras sólo un punto, eras un pequeño renacuajo con un fuerte corazón que ya latía. Fueron unas navidades inolvidables, sobre todo para nosotros tres.

El 2006 finalizaba, el año en el que tu padre y yo nos casamos, el año en el que tu corazón comenzó a latir, el año en el que dejamos de ser dos para ser tres, para ser la familia que ahora somos. El 2006 finalizaba, y con él el primer trimestre de embarazo. Una incipiente barriguita comenzaba a asomar, disipando los miedos, ayudándome a asimilar mi nuevo papel, el de madre gestante.

Continuará…

sábado, 10 de mayo de 2008

Instinto

Navegando por la red he encontrado estas fotografías que me han causado una honda impresión. Es curioso cómo hemos olvidado lo mucho que nos parecemos a nuestros "hermanos" simios, y cómo, entre otras cosas, nos vemos impulsados a obviar nuestros instintos animales respecto a la crianza. Llevar en brazos constantemente a nuestras crías, como estos gorilas, sería lo normal. La belleza de ese abrazo madre-cría es infinita.

All You Need Is Love 4055

Nursing 4059





A gatas


Crawling into a black hole
Cargado originalmente por Sabine75


Ha sucedido al fin. Aitana ha comenzado a gatear. De una manera muy “sui generis”, con una pierna por delante y otra por detrás, pero ya se desplaza a sus anchas por todas partes de la casa. ¡Ahora ya no hay quien le pare!
Pese a que parece un movimiento sencillo realmente no lo es. Supone un “entrenamiento” previo de alrededor de entre 7 o 9 meses. Incluso hay bebés que no gatean, directamente se colocan de pie y andan. Buscando entre mis antiguos libros de la Universidad he encontrado este texto acerca del desarrollo de la locomoción.

"La locomoción es otro de los grandes puntales de las habilidades motoras. Antes de que los bebés puedan gatear o andar han de madurar y llegar a coordinarse varios componentes de las habilidades. Durante los dos primeros meses las piernas del bebé aumentan bastante su volumen en grasa pero no en musculatura. Las piernas regordetas son demasiado pesadas para los bebés, a menos que tengan algo que les alivie la gravedad. Aunque los movimientos reflejos de marcha desaparezcan cuando los bebés son sostenidos en alto, los bebés continúan con este patrón de actividad motora cuando están echados de espaldas.
Todas las articulaciones (caderas, tobillos) trabajan al unísono, produciendo las mismas patadas rítmicas. Aunque los movimientos son distintos de los empleados en el andar normal, existen suficientes paralelismos para sugerir que este patrón, que probablemente se genera en la médula espinal, sea la base del caminar posterior.
Las patadas estereotipadas desaparecen entre los 2 y los 5 meses. La acción de cada articulación se individualiza para volverse a reorganizar en patrones motores más maduros. Esta desorganización temporal prepara el camino para el desarrollo del control voluntario, de modo que el bebé será capaz de girarse, gatear, estar de pie y escalar.


Durante estos meses los bebés van ganando lentamente estabilidad en su cuerpo (el tercer puntal básico de las habilidades motoras). Sus proporciones cambian: las piernas se estiran, los hombros se ensanchan y su centro de gravedad se dirige hacia abajo. Pero antes de gatear han de desarrollar la fortaleza muscular en los brazos que se requiere para levantar la cabeza, el pecho y el abdomen y luego integrar los sistemas en el desarrollo de la orientación de la cabeza, el gesto de alcanzar algo y dar patadas. Al principio pueden alcanzar los objetos con facilidad, coordinando la mano y el ojo, pero no pueden usar sus brazos como apoyo y dan patadas sin apoyar el pie contra el suelo.
En la siguiente fase pueden aguantar su peso con ambas manos, pero solamente se mecen hacia delante y hacia atrás sin moverse del sitio. Empiezan a gatear cuando sólo necesitan una mano para aguantar su peso y cuando empiezan a mostrar coherencia en el uso de la mano que utilizan para alcanzar los objetos. A medida que alternan de la posición de sentados a la de gatear, suelen acabar sosteniéndose con la mano que utilizan menos y empiezan a gatear extendiendo la mano preferida.


Cuando los bebés van controlando su postura, se preparan para estar de pie y caminar. Cuando se acerca su primer cumpleaños la mayoría de los bebés dan ya sus primeros pasos. Pero estos pasos no tienen las características del caminar de un adulto. Los pequeños caminan sobre los dedos de sus pies o con los pies planos, en lugar de golpear el suelo con los talones, como hacen los adultos.
La forma de caminar de adulto se desarrolla gradualmente hacia finales del segundo año, probablemente como respuesta a: 1) cambios en la organización y control de la médula espinal y el cerebro, o 2) mejoras en las posturas y fortaleza o ambos a la vez


Las consecuencias del caminar son incalculables, tanto para hijos como para padres. El mundo del bebé se amplía y se abren nuevas posibilidades. Cuando los pequeños dominan el arte de moverse con cierta facilidad, acontecen cambios sistemáticos en la forma en que exploran su entorno. Es fácil que se sientan más competentes. Ahora pueden acercarse a las personas (fomentando la interacción social) o alejarse (fomentando la autonomía)."


Comenzar a desplazarse por sí mismo supone un cambio total en la vida del niñ@. Puede decidir dónde ir, qué tocar, qué coger… ¡Es libre! Pero esto también le provoca un conflicto: por una parte está su deseo de movimiento y de conocer el mundo y por otro la necesidad todavía inminente del seno materno. El bebé y la mamá están fusionados durante los primeros meses de vida, como una continuación del período de gestación. Gatear es como un nuevo nacimiento, el nacimiento a la autonomía física.
Este conflicto interno, en el caso de mi hija, se ha manifestado en forma de más despertares nocturnos y dificultad en conciliar el sueño. Nada que no solucione una buena dosis de mimos y abrazos y mucha, mucha comprensión y paciencia. Tan sencillo como acompañar a nuestra niña en una nueva etapa de la vida.

Bibliografía: Psicología del desarrollo hoy. Hoffman y otros autores. Editorial McGrawn Hill.

Aquí también podéis ver en imágenes el proceso del gateo. Es un fragmento de la serie de documentales Baby Human.


miércoles, 7 de mayo de 2008

¡La teta no se acaba nunca!

Aquí teneis otro spot dedicado a promover la lactancia materna. Los nenes están para comérselos.



Para saber más acerca de las recomendaciones sobre lactancia de la Asociación Española de Pediatría

Asociación Española de Pediatría

lunes, 5 de mayo de 2008

Leer antes de saber leer




- Abuela, abuela, ¿me compras este cuento?
- ¡Cállate, niña! ¿para qué quieres tú un cuento? ¡si no sabes leer!
Hace unos años no pude evitar escuchar esta conversación entre una niña de alrededor de cuatro años y su abuela. Recuerdo que en ese momento me conmovió la ilusión de esa chiquilla que hojeaba un cuento de grandes tapas en la sección de librería de unos grandes almacenes. Y sobre todo me disgustó la forma en que la abuela zanjó la petición de su nieta. Si lo que quería era no comprarle el libro a la niña, ¿por qué no le dijo sencillamente la verdad? A veces somos mezquinos y mentimos a los niñ@s sin necesidad alguna, sólo porque no deseamos perder el tiempo explicándoles las cosas. El caso es que sospecho que en este caso la mujer dijo lo que realmente pensaba. Desde la poca afición que la señora debía tener a la lectura hizo un razonamiento que parece hasta lógico: si los libros se escriben con palabras y si para leer las palabras antes tienes que aprender las letras, es preciso aprender a leer antes de acercarse a un libro. Ups, su razonamiento –y el de mucha gente- viene a ser éste. Desde la escuela solemos recomendar a las familias que consideren los cuentos como posibles regalos, y muchos padres y madres reconocen que no suelen comprarles libros a sus niños. Sin embargo, en etapas educativas posteriores los padres se suelen quejar de la poca afición lectora de sus hijos. Por otra parte y cada vez más se observa un empeoramiento de las competencias lectoras de nuestros alumnos. Muchos de ellos se convierten en analfabetos funcionales: saben descifrar, pero no comprenden lo que “leen” debido a sus carencias en vocabulario y a su inexperiencia en general con el lenguaje escrito. El que a un adulto le guste o no le guste leer no reviste especial importancia, pero el ser analfabeto funcional SÍ tiene consecuencias en nuestra vida cotidiana, ya que el lenguaje escrito sigue siendo el principal medio de expresión y comunicación en nuestra sociedad. Es evidente que el manejar con destreza este lenguaje proporciona múltiples beneficios tanto a nivel escolar como en el día a día. La literatura es, sin duda, la puerta de acceso más atractiva al mundo de la lectura. ¿Cómo podemos conseguir que nuestros niños y niñas se apasionen por ella? En primer lugar, NOSOTR@S DEBEMOS SER APASIONADOS DE LA LECTURA. Si nosotros no disfrutamos de la lectura difícilmente podremos contagiarles a ellos. El siguiente decálogo resume unos consejos para fomentar la lectura en casa. Está extraído del libro “Llegir per aprendre. Guia pràctica per a fer fills lectors” de JC Girbés.

DECÁLOGO DE LA FAMILIA COMPROMETIDA CON LA LECTURA
1) Valorar el acto de leer
2) Contarles cuentos

3) Que nos vean leer

4) Hacer del libro un objeto cotidiano

5) Hablar de libros

6) Leer con ell@s

7) Hacer de la lectura una costumbre saludable

8) Regalar libros
9) Animarl@s a escribir
10) Implicarnos en el proceso


El autor también nos da la clave para conseguir hacer odiar los libros a los niñ@s.


DIEZ CONSEJOS INFALIBLES PARA QUE ODIEN LOS LIBROS

1) Destacar sus errores

2) Obligarles a leer

3) Menospreciar sus gustos

4) Imponerles lecturas
5) Pedir resúmenes

6) Controlar todo lo que leen

7) Recordarles los beneficios de leer

8) Relacionar los libros sólo con los “deberes”

9) Castigarles sin tele: la lectura no debe sustituir a otros medios, ha de ser una alternativa más.
10) Exigir lecturas inadecuadas.


¿Cuándo debemos empezar a poner en práctica –o no- estos consejos? La respuesta es clara: cuanto antes mejor. Mucho antes de que comiencen a leer, incluso mucho antes de que comiencen a hablar. Dejar que exploren libros, revistas, periódicos… es el primer paso.
Son ideales los cuentos blanditos, los de plástico para el baño, de tapas duras. Durante los primeros meses se limitaran a chuparlos, golpearlos, utilizarlos de tambor o improvisado sonajero. Poco a poco se acercaran a ellos desde otra perspectiva. A mi hija Aitana que ahora tiene 9 meses le encantan sus cuentos de texturas. Pasa las páginas con sus manitas, las toca, se sorprende ante las ilustraciones de colores chillones. A partir del texto invento juegos para ella, imito las voces de los animales, canciones, rimas… poco a poco irá fijándose en el sentido de los dibujos, en el texto narrado, en el significado. Más adelante sabrá que las letras quieren decir cosas, y entonces inventará significados para esas palabras. Y más adelante aún ya reconocerá letras e incluso palabras en mitad de ese caos de símbolos. Finalmente podrá descifrar ella sola lo que cuentan los libros. Finalmente leerá. Pero los niños y niñas “leen” mucho antes de saber leer. Aunque se equivoquen, aunque se lo inventen, aunque sólo chupen las tapas o las rallen, o las rompan. El libro no es un objeto sagrado, ha de ser un objeto de juego, de imaginación, cercano y cotidiano. Un objeto a través del cual los niños y niñas accedan al juego, a la fantasía, a la imaginación y al placer inmenso de leer un buen libro.

Bibliografía:
Llegir per a créixer. Guia pràctica per a fer fills lectors. Joan Carles Girbés. Fundació Bromera per al foment de la lectura. 2006 (Leer para crecer. Guía práctica para hacer hijos lectores)

jueves, 24 de abril de 2008

Dar la teta es dar vida

Tengo un montón de razones para seguir amamantando a mi hija, pero la más importante es verla tan feliz como los niños y niñas de esta campaña a favor de la lactancia materna. Espero que os guste a aquell@s que no la conocen.


martes, 22 de abril de 2008

¿Qué cosas necesita un bebé?



El otro día llegó a mis manos una revista sobre los cuidados del bebé en la que se adjuntaba un suplemento comercial de un conocido hipermercado. El caso es que en la primera página de este folleto venía escrito el siguiente párrafo, que transcribo

“La llegada del bebé se vive con ilusión, pero también con la preocupación de estar preparado para todos los cambios que se avecinan. Para ayudarte, hemos elaborado una sencilla lista que te permitirá asegurarte de que tienes todo lo necesario para esta nueva etapa”.

Lo de sencilla lista es pura retórica, ya que se divide en los siguientes apartados: cosas para la canastilla, para el baño, para el paseo, para la habitación y para el hospital. Vamos, todo un arsenal de objetos y utensilios, la mayoría inútiles.

Os la transcribo a continuación:

“ Canastilla:

- Bodies

- Polainas

- Ranitas

- Camisetas

- Peleles

- Baberos

- Pijamas

- Jerseys

- Calcetines

- Botitas

- Bolsa canastilla

- Saco

- Chal

- Jabón neutro

- Crema balsámica

- Crema hidratante

En el baño:

- Capa de baño

- Bañera

- Cambiador

- Termómetro de baño

- Cepillo y peine

- Bastoncillos

- Esponjas

- Jabón líquido y champú

- Leche corporal

- Crema balsámica

- Agua de colonia

- Cortauñas y tijeras

- Aspirador nasal

- Termómetro

- Toallitas y pañales

- Contenedor de pañales

De paseo

- Cochecito de paseo

- Bolsa cambiador

- Biberón

- Manta

- Productos para el cambio del bebé

- Termo para líquidos

- Termo para sólidos

- Toallitas húmedas

- Chupete de repuesto

En la habitación

- Cuna

- Cómoda

- Empapadores

- Sábanas

- Manta

- Edredón

- Protector

- Colchón

- Juguetero

- Pañalero

¿Qué hay que llevar al hospital?

Para el bebé

- 4 bodies

- 2 polainas o cubrepañal

- 2 camisetas

- 4 pijamas

- 2 gorritos de algodón

- 1 par de manoplas

- 3 pares de calcetines o patucos

- Toallitas húmedas

- Cepillo y peine para el pelo

- Aceite corporal y colonia

- 1 arrullo

- 1 manta o toquita

Para la mamá

- 3 camisones abiertos por delante

- 3 sujetadores de lactancia

- Bata y zapatillas

- Braguitas desechables

- Protectores o cubre pezones

- Bolsa de aseo: cepillo o peine, cepillo y pasta de dientes, desodorante, colonia fresca, champú, esponja, cacao para labios, pañuelos de papel…

Después de leer esta lista, ¿cómo no vas a estar preocupado? Es una lista hecha a conciencia para preocupar a padres y madre primerizos. “Oye, cari, ¿has comprado ya el termo para líquidos y sólidos? “ “Uy, se me ha olvidado meter las polainas en el bolso canastilla.”

Seamos serios, ¿de verdad necesita un recién nacido todas estas cosas? Por supuesto que no. En todo caso, somos nosotros –los adultos- quienes lo “necesitamos”. Desde diferentes ámbitos se nos convence de que todas esas cosas son realmente necesarias, y si nuestros bebés no disponen de ellas al nacer serán un poco menos felices.

En su momento, presa de toda la vorágine consumista yo también confeccioné mi propia lista de cosas inútiles aunque no era ni de lejos tan extensa como esta. Y es que es muy difícil no sucumbir a la tentación de hacer la espera del bebé un poco menos desesperante observando esos pequeños y deliciosos objetos. Porque, la mayoría, aunque inútiles, son preciosos.

Sin embargo, cuando Aitana nació me di cuenta de que los bebés, en realidad, necesitan muy pocas cosas, y tuve la sensación de que muchos de los objetos que llenaban mi lista se iban a quedar casi sin estrenar.

Porque, ¿acaso necesitaba mi pequeña recién nacida pasear en su flamante capazo cuando podía hacerlo mucho mejor en los brazos de mamá? O ¿para qué quería una cuna si dormía casi toda la noche junto a mi pecho? Lo mismo sucedió con un arsenal de biberones regalados, porque “aunque le des pecho algún día le harán falta”, unos tantos chupetes que sólo ha usado para jugar o cuando le han molestado los dientes, dos frascos de colonia uno de los cuales ni siquiera he abierto… Y el objeto más inútil de todos, un vigila-bebés. El resto de cosas, aunque me han sido útiles a mí, a ella, qué deciros… ¡a ella plim! Y es que los bebés tan sólo necesitan una cosa, a ti. Si es que mamá lo es todo: calor, cariño, alimento. ¿Acaso hay algo mejor?

Así que, futuras mamás, estad tranquilas y no hagáis caso de semejantes patrañas, no os hace falta ninguna lista para aseguraros de que tenéis todo lo necesario porque ya lo tenéis: vosotras mismas.

domingo, 20 de abril de 2008

Para Aitana

Aitana,
niña Aitana
baja la primavera
para ti quince flores
pequeñas y graciosas.
sigues siendo de aire
siguen todas tus cosas
siendo como encantadas
por una luz ligera.
Aitana,
niña Aitana
fuera yo quien moviera
para ti eternamente
las auras más dichosas
quien peinara más luces
y alisara más rosas
en tus pequeñas alas
de brisa mensajera.
Aitana,
niña Aitana
ya que eres aire
y eres como el aire
y remontas
en el aire que quieres
feliz, callada y ciega
y sola en tu alegría
aunque para tu luz
yo te abriera más cielo
no olvides que hasta puede
deshojarse en vuelo,
el aire.
Aitana,
niña Aitana.

Rafael Alberti.

Para escucharla en voz del propio Rafael Alberti.

poema



Besos de leche


Los besos de mi niña huelen a leche tibia, a leche que brota de mis senos de madre y cuyo aroma retorna a mí en esos tiernos besos que hace apenas unos días ha aprendido a dar. En esos besos reside la dulzura infinita, el amor en estado puro, el instintivo vínculo primario forjado en el regazo.

¿Quién da? ¿Quién recibe? ¿Acaso hay algo más valioso que sus ojos, ávidos de observar el mundo? En sus cosas banales, en sus cosas profundas, pequeña exploradora de selvas de cajones, armarios y puertas que hace apenas unos días ha aprendido a abrir.

¿Quién da? ¿Quién recibe? ¿Acaso hay algo más valioso que ver nacer una sonrisa en sus pequeños labios? Feliz ante los sorprendentes misterios de tesoros que aparecen y desaparecen tras las esquinas, ante la frescura del agua, ante las diminutas piedras de un jardín, ante la jugosa riqueza de la sandía, ante la emoción del reencuentro tras un eterno instante de cucú.

¿Quién da? ¿Quién recibe? Ahora que comienza a abrirse al mundo tras nueve meses acunada en mi vientre y otros tantos en mi seno, vuelve a mí agotada, demandando la leche que nos une, la leche que materializa el vínculo invisible de la felicidad y me recuerda, cada día, que ella me hace madre.

De la maternidad tal y como la concibo o como estoy aprendiendo a concebirla gracias a ella, de mis sueños, de la vida, de la escuela, de palabras, de la infancia, de emociones, de versos extraños, de aprendizaje, de la felicidad tranquila, de reflexiones… instantáneas de mi existencia. De todo eso y más, cajón de sastre es este rincón.

Los besos de mi niña son besos de leche.