sábado, 10 de mayo de 2008

A gatas


Crawling into a black hole
Cargado originalmente por Sabine75


Ha sucedido al fin. Aitana ha comenzado a gatear. De una manera muy “sui generis”, con una pierna por delante y otra por detrás, pero ya se desplaza a sus anchas por todas partes de la casa. ¡Ahora ya no hay quien le pare!
Pese a que parece un movimiento sencillo realmente no lo es. Supone un “entrenamiento” previo de alrededor de entre 7 o 9 meses. Incluso hay bebés que no gatean, directamente se colocan de pie y andan. Buscando entre mis antiguos libros de la Universidad he encontrado este texto acerca del desarrollo de la locomoción.

"La locomoción es otro de los grandes puntales de las habilidades motoras. Antes de que los bebés puedan gatear o andar han de madurar y llegar a coordinarse varios componentes de las habilidades. Durante los dos primeros meses las piernas del bebé aumentan bastante su volumen en grasa pero no en musculatura. Las piernas regordetas son demasiado pesadas para los bebés, a menos que tengan algo que les alivie la gravedad. Aunque los movimientos reflejos de marcha desaparezcan cuando los bebés son sostenidos en alto, los bebés continúan con este patrón de actividad motora cuando están echados de espaldas.
Todas las articulaciones (caderas, tobillos) trabajan al unísono, produciendo las mismas patadas rítmicas. Aunque los movimientos son distintos de los empleados en el andar normal, existen suficientes paralelismos para sugerir que este patrón, que probablemente se genera en la médula espinal, sea la base del caminar posterior.
Las patadas estereotipadas desaparecen entre los 2 y los 5 meses. La acción de cada articulación se individualiza para volverse a reorganizar en patrones motores más maduros. Esta desorganización temporal prepara el camino para el desarrollo del control voluntario, de modo que el bebé será capaz de girarse, gatear, estar de pie y escalar.


Durante estos meses los bebés van ganando lentamente estabilidad en su cuerpo (el tercer puntal básico de las habilidades motoras). Sus proporciones cambian: las piernas se estiran, los hombros se ensanchan y su centro de gravedad se dirige hacia abajo. Pero antes de gatear han de desarrollar la fortaleza muscular en los brazos que se requiere para levantar la cabeza, el pecho y el abdomen y luego integrar los sistemas en el desarrollo de la orientación de la cabeza, el gesto de alcanzar algo y dar patadas. Al principio pueden alcanzar los objetos con facilidad, coordinando la mano y el ojo, pero no pueden usar sus brazos como apoyo y dan patadas sin apoyar el pie contra el suelo.
En la siguiente fase pueden aguantar su peso con ambas manos, pero solamente se mecen hacia delante y hacia atrás sin moverse del sitio. Empiezan a gatear cuando sólo necesitan una mano para aguantar su peso y cuando empiezan a mostrar coherencia en el uso de la mano que utilizan para alcanzar los objetos. A medida que alternan de la posición de sentados a la de gatear, suelen acabar sosteniéndose con la mano que utilizan menos y empiezan a gatear extendiendo la mano preferida.


Cuando los bebés van controlando su postura, se preparan para estar de pie y caminar. Cuando se acerca su primer cumpleaños la mayoría de los bebés dan ya sus primeros pasos. Pero estos pasos no tienen las características del caminar de un adulto. Los pequeños caminan sobre los dedos de sus pies o con los pies planos, en lugar de golpear el suelo con los talones, como hacen los adultos.
La forma de caminar de adulto se desarrolla gradualmente hacia finales del segundo año, probablemente como respuesta a: 1) cambios en la organización y control de la médula espinal y el cerebro, o 2) mejoras en las posturas y fortaleza o ambos a la vez


Las consecuencias del caminar son incalculables, tanto para hijos como para padres. El mundo del bebé se amplía y se abren nuevas posibilidades. Cuando los pequeños dominan el arte de moverse con cierta facilidad, acontecen cambios sistemáticos en la forma en que exploran su entorno. Es fácil que se sientan más competentes. Ahora pueden acercarse a las personas (fomentando la interacción social) o alejarse (fomentando la autonomía)."


Comenzar a desplazarse por sí mismo supone un cambio total en la vida del niñ@. Puede decidir dónde ir, qué tocar, qué coger… ¡Es libre! Pero esto también le provoca un conflicto: por una parte está su deseo de movimiento y de conocer el mundo y por otro la necesidad todavía inminente del seno materno. El bebé y la mamá están fusionados durante los primeros meses de vida, como una continuación del período de gestación. Gatear es como un nuevo nacimiento, el nacimiento a la autonomía física.
Este conflicto interno, en el caso de mi hija, se ha manifestado en forma de más despertares nocturnos y dificultad en conciliar el sueño. Nada que no solucione una buena dosis de mimos y abrazos y mucha, mucha comprensión y paciencia. Tan sencillo como acompañar a nuestra niña en una nueva etapa de la vida.

Bibliografía: Psicología del desarrollo hoy. Hoffman y otros autores. Editorial McGrawn Hill.

Aquí también podéis ver en imágenes el proceso del gateo. Es un fragmento de la serie de documentales Baby Human.


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