jueves, 24 de abril de 2008

Dar la teta es dar vida

Tengo un montón de razones para seguir amamantando a mi hija, pero la más importante es verla tan feliz como los niños y niñas de esta campaña a favor de la lactancia materna. Espero que os guste a aquell@s que no la conocen.


martes, 22 de abril de 2008

¿Qué cosas necesita un bebé?



El otro día llegó a mis manos una revista sobre los cuidados del bebé en la que se adjuntaba un suplemento comercial de un conocido hipermercado. El caso es que en la primera página de este folleto venía escrito el siguiente párrafo, que transcribo

“La llegada del bebé se vive con ilusión, pero también con la preocupación de estar preparado para todos los cambios que se avecinan. Para ayudarte, hemos elaborado una sencilla lista que te permitirá asegurarte de que tienes todo lo necesario para esta nueva etapa”.

Lo de sencilla lista es pura retórica, ya que se divide en los siguientes apartados: cosas para la canastilla, para el baño, para el paseo, para la habitación y para el hospital. Vamos, todo un arsenal de objetos y utensilios, la mayoría inútiles.

Os la transcribo a continuación:

“ Canastilla:

- Bodies

- Polainas

- Ranitas

- Camisetas

- Peleles

- Baberos

- Pijamas

- Jerseys

- Calcetines

- Botitas

- Bolsa canastilla

- Saco

- Chal

- Jabón neutro

- Crema balsámica

- Crema hidratante

En el baño:

- Capa de baño

- Bañera

- Cambiador

- Termómetro de baño

- Cepillo y peine

- Bastoncillos

- Esponjas

- Jabón líquido y champú

- Leche corporal

- Crema balsámica

- Agua de colonia

- Cortauñas y tijeras

- Aspirador nasal

- Termómetro

- Toallitas y pañales

- Contenedor de pañales

De paseo

- Cochecito de paseo

- Bolsa cambiador

- Biberón

- Manta

- Productos para el cambio del bebé

- Termo para líquidos

- Termo para sólidos

- Toallitas húmedas

- Chupete de repuesto

En la habitación

- Cuna

- Cómoda

- Empapadores

- Sábanas

- Manta

- Edredón

- Protector

- Colchón

- Juguetero

- Pañalero

¿Qué hay que llevar al hospital?

Para el bebé

- 4 bodies

- 2 polainas o cubrepañal

- 2 camisetas

- 4 pijamas

- 2 gorritos de algodón

- 1 par de manoplas

- 3 pares de calcetines o patucos

- Toallitas húmedas

- Cepillo y peine para el pelo

- Aceite corporal y colonia

- 1 arrullo

- 1 manta o toquita

Para la mamá

- 3 camisones abiertos por delante

- 3 sujetadores de lactancia

- Bata y zapatillas

- Braguitas desechables

- Protectores o cubre pezones

- Bolsa de aseo: cepillo o peine, cepillo y pasta de dientes, desodorante, colonia fresca, champú, esponja, cacao para labios, pañuelos de papel…

Después de leer esta lista, ¿cómo no vas a estar preocupado? Es una lista hecha a conciencia para preocupar a padres y madre primerizos. “Oye, cari, ¿has comprado ya el termo para líquidos y sólidos? “ “Uy, se me ha olvidado meter las polainas en el bolso canastilla.”

Seamos serios, ¿de verdad necesita un recién nacido todas estas cosas? Por supuesto que no. En todo caso, somos nosotros –los adultos- quienes lo “necesitamos”. Desde diferentes ámbitos se nos convence de que todas esas cosas son realmente necesarias, y si nuestros bebés no disponen de ellas al nacer serán un poco menos felices.

En su momento, presa de toda la vorágine consumista yo también confeccioné mi propia lista de cosas inútiles aunque no era ni de lejos tan extensa como esta. Y es que es muy difícil no sucumbir a la tentación de hacer la espera del bebé un poco menos desesperante observando esos pequeños y deliciosos objetos. Porque, la mayoría, aunque inútiles, son preciosos.

Sin embargo, cuando Aitana nació me di cuenta de que los bebés, en realidad, necesitan muy pocas cosas, y tuve la sensación de que muchos de los objetos que llenaban mi lista se iban a quedar casi sin estrenar.

Porque, ¿acaso necesitaba mi pequeña recién nacida pasear en su flamante capazo cuando podía hacerlo mucho mejor en los brazos de mamá? O ¿para qué quería una cuna si dormía casi toda la noche junto a mi pecho? Lo mismo sucedió con un arsenal de biberones regalados, porque “aunque le des pecho algún día le harán falta”, unos tantos chupetes que sólo ha usado para jugar o cuando le han molestado los dientes, dos frascos de colonia uno de los cuales ni siquiera he abierto… Y el objeto más inútil de todos, un vigila-bebés. El resto de cosas, aunque me han sido útiles a mí, a ella, qué deciros… ¡a ella plim! Y es que los bebés tan sólo necesitan una cosa, a ti. Si es que mamá lo es todo: calor, cariño, alimento. ¿Acaso hay algo mejor?

Así que, futuras mamás, estad tranquilas y no hagáis caso de semejantes patrañas, no os hace falta ninguna lista para aseguraros de que tenéis todo lo necesario porque ya lo tenéis: vosotras mismas.

domingo, 20 de abril de 2008

Para Aitana

Aitana,
niña Aitana
baja la primavera
para ti quince flores
pequeñas y graciosas.
sigues siendo de aire
siguen todas tus cosas
siendo como encantadas
por una luz ligera.
Aitana,
niña Aitana
fuera yo quien moviera
para ti eternamente
las auras más dichosas
quien peinara más luces
y alisara más rosas
en tus pequeñas alas
de brisa mensajera.
Aitana,
niña Aitana
ya que eres aire
y eres como el aire
y remontas
en el aire que quieres
feliz, callada y ciega
y sola en tu alegría
aunque para tu luz
yo te abriera más cielo
no olvides que hasta puede
deshojarse en vuelo,
el aire.
Aitana,
niña Aitana.

Rafael Alberti.

Para escucharla en voz del propio Rafael Alberti.

poema



Besos de leche


Los besos de mi niña huelen a leche tibia, a leche que brota de mis senos de madre y cuyo aroma retorna a mí en esos tiernos besos que hace apenas unos días ha aprendido a dar. En esos besos reside la dulzura infinita, el amor en estado puro, el instintivo vínculo primario forjado en el regazo.

¿Quién da? ¿Quién recibe? ¿Acaso hay algo más valioso que sus ojos, ávidos de observar el mundo? En sus cosas banales, en sus cosas profundas, pequeña exploradora de selvas de cajones, armarios y puertas que hace apenas unos días ha aprendido a abrir.

¿Quién da? ¿Quién recibe? ¿Acaso hay algo más valioso que ver nacer una sonrisa en sus pequeños labios? Feliz ante los sorprendentes misterios de tesoros que aparecen y desaparecen tras las esquinas, ante la frescura del agua, ante las diminutas piedras de un jardín, ante la jugosa riqueza de la sandía, ante la emoción del reencuentro tras un eterno instante de cucú.

¿Quién da? ¿Quién recibe? Ahora que comienza a abrirse al mundo tras nueve meses acunada en mi vientre y otros tantos en mi seno, vuelve a mí agotada, demandando la leche que nos une, la leche que materializa el vínculo invisible de la felicidad y me recuerda, cada día, que ella me hace madre.

De la maternidad tal y como la concibo o como estoy aprendiendo a concebirla gracias a ella, de mis sueños, de la vida, de la escuela, de palabras, de la infancia, de emociones, de versos extraños, de aprendizaje, de la felicidad tranquila, de reflexiones… instantáneas de mi existencia. De todo eso y más, cajón de sastre es este rincón.

Los besos de mi niña son besos de leche.